martes, 22 de enero de 2013

Qué es el Párkinson?


La enfermedad de Parkinson es un trastorno degenerativo del sistema nervioso central. Recibe su nombre por el médico británico James Parkinson, el cual en 1817 publicó un artículo llamado “La parálisis temblorosa” en el que describía y exponía los síntomas por primera vez de la enfermedad.

Pertenece a un grupo de enfermedades llamadas trastornos del movimiento, y sus cuatro síntomas principales son:
  • Temblor en manos, brazos, piernas y mandíbula o cabeza.
  • Rigidez  o agarrotamiento de las extremidades y el tronco.
  • Bradicinesia, o lentitud en los movimientos.
  • Inestabilidad postural, o deterioro del equilibrio.


Generalmente estos síntomas empiezan gradualmente y con el tiempo van empeorando. Hay que tener en cuenta que no todos los pacientes que presentan dichos síntomas necesariamente son diagnosticados con esta enfermedad, ya que estos también se presentan en otras enfermedades.

A su vez, la enfermedad de Párkinson es crónica y progresiva, es decir, persiste durante un extenso período de tiempo y sus síntomas van empeorando. Hay casos esporádicos en los que puede parecer hereditaria, pero generalmente se debe a una mutación genética específica que se da de manera totalmente esporádica. En las últimas investigaciones son muchos los expertos que señalan la creciente importancia de la exposición a uno o más factores ambientales que desencadenan la enfermedad. Por el momento el origen del Párkinson es totalmente desconocido, a excepción de los casos inducidos por traumatismos, drogodependencias y medicamentos.

En términos médicos, con la enfermedad de Párkinson se produce la muerte de neuronas ubicadas en un sector específico del cerebro, denominado sustancia negra. Las neuronas afectadas son las productoras de una sustancia denominada dopamina, las cuales informan a los músculos que movimientos realizar en cada momento. La dopamina es un neurotransmisor, es decir, una sustancia que permite la comunicación entre las neuronas. Sin la presencia de dopamina no es posible transmitir el impulso nervioso que indican a cada músculo del cuerpo cuando contraerse o relajarse.




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